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El grupo de Líderes Anónimos

Foto del escritor: Helena HernándezHelena Hernández

En mi rol como líder, he llegado a pensar que las decisiones y los desafíos a los que me enfrento deben de resolverse en solitario. Este pensamiento me recuerda a uno de los grupos de apoyo más famosos: Alcohólicos Anónimos, donde personas con desafíos comunes se reúnen para compartir y encontrar fuerza en su comunidad. Si esta visión la trasladamos al mundo ejecutivo, ¿Qué sucede cuando eres jefe o líder y sientes que no puedes abrirte con nadie en tu entorno? o incluso llegas a pensar que nadie te puede entender o ayudar. ¿Dónde encuentro mi grupo de Líderes Anónimos?


Antes de que alguien llegue a un grupo de Alcohólicos Anónimos (AA), suele experimentar una profunda sensación de desesperanza y aislamiento. A menudo, esta persona ha intentado repetidamente superar su adicción por su cuenta, enfrentando múltiples fracasos que refuerzan su sensación de ser incomprendido. El miedo a ser juzgado y la vergüenza por no poder controlar su problema impiden que busque ayuda, lo que agrava su situación. 


Para animarse a acudir a un grupo de AA, la persona debe reconocer que no puede hacerlo solo y que necesita un espacio seguro donde su experiencia sea comprendida sin juicios. Este entendimiento es clave: saber que en AA encontrará personas que han pasado por lo mismo, que lo apoyarán y que no está solo en su lucha, le brinda la esperanza y el valor necesarios para dar el primer paso hacia la recuperación. El proceso de aceptación de que el problema no puede ser enfrentado en soledad es lo que finalmente lo impulsa a buscar el apoyo que tanto necesita.


Tristemente, a menudo caemos en la trampa de creer que las decisiones cruciales deben enfrentarse en nuestra oficina a puerta cerrada, como si nuestro valor dependiera exclusivamente de nuestra capacidad para resolver problemas sin ayuda. Esta creencia errónea de que debemos cargar con todo el peso de nuestras elecciones nos lleva a un aislamiento innecesario, negándonos la posibilidad de compartir nuestras luchas y de enriquecernos con las perspectivas de otros.


Un líder, por definición, es aquel que debe tomar decisiones que usualmente afectan a otros, pero que, en muchos casos, debe hacerlo desde una posición parecida a un AA, debido a sesgos o creencias que tenemos, como: “un líder no es amigo de sus subordinados”, “no puedo decirle a mi equipo que tome la decisión por mí”, “si yo soy el jefe, yo soy el que debería saber qué hacer”.


El destierro del Líder

Liderar es comúnmente considerado un ejercicio solitario, y no hablo de estar sentado en una oficina privada, sino la sensación de que no hay nadie con quien compartir el peso de las decisiones y los dilemas a los que se enfrenta la posición. Para un líder, el peso de las expectativas y la necesidad de proyectar una imagen de fortaleza puede crear un muro invisible que los aísla de quienes están dispuestos a ofrecer ayuda.


En este momento, se me viene a la mente un antiguo jefe, Director de Área, que alguna vez me dijo:

Helena, yo siempre trato de dejar la puerta de mi oficina abierta, pero a la gente le da miedo siquiera atravesarla. Normalmente estoy sentado aburrido en mi lugar, porque a diferencia de ustedes, yo no tengo a nadie a mi lado para platicar.

De manera similar, los AA, atrapados en su lucha interna, a menudo no reconocen o rechazan el apoyo de sus seres queridos, creyendo que nadie más puede entender su situación. En ambos casos, esta percepción se ve amplificada por la creencia de que su lucha es única, lo que dificulta la aceptación de apoyo externo, aunque esté presente. Esta forma de ver la situación, puede ser un gran obstáculo para ambos (líderes y AA), impidiéndoles buscar y recibir la ayuda que necesitan para superar sus desafíos.

Esta realidad, es difícil de comunicar a aquellos que no están en la misma posición y es aquí donde el acompañamiento se convierte en una herramienta esencial.


El coach: Un Compañero para el Líder solitario

Compartir los problemas con alguien más, como sucede en los grupos de Alcohólicos Anónimos, tiene beneficios profundos que van más allá de simplemente hablar sobre lo que nos preocupa. En AA, la figura del "padrino" es esencial; es un miembro con más experiencia cuya función es guiar y apoyar a quien se está iniciando en el proceso de recuperación. Este acompañamiento crea una relación de confianza, donde el padrino ofrece no solo su experiencia, sino también un modelo de equilibrio y resiliencia. El intercambio de experiencias y la conexión empática fortalecen al individuo, dándole herramientas para afrontar sus desafíos con una nueva perspectiva.


Este enfoque puede compararse con el Coaching Ejecutivo para líderes, donde el coach actúa como un guía y aliado en el camino del liderazgo. Al igual que en AA, el coach ofrece un acompañamiento cercano, ayudando al líder a encontrar equilibrio y claridad en su rol. Esta relación basada en la confianza y el apoyo mutuo fomenta una unión que permite al líder reflexionar, desarrollar empatía y aplicar nuevas estrategias con mayor seguridad y eficacia. El poder del acompañamiento radica en que, a través de la conexión y el apoyo, se logra un crecimiento tanto personal como profesional, reforzando la capacidad de tomar decisiones acertadas y mantener un enfoque equilibrado en momentos de alto estrés.


¿Cómo empiezo?

Te quiero compartir 4 accionables que pueden ayudarte a empezar tu propio "Club de Líderes Anónimos":


  1. Reconocer y aceptar el desafío: Al igual que en los programas de recuperación como AA, el primer paso para cualquier líder es admitir que enfrenta desafíos que no puede resolver solo. Esto requiere valentía, ya que muchos líderes están acostumbrados a proyectar fuerza y control. Aceptar que es normal necesitar apoyo es el primer gran avance hacia un liderazgo más consciente y efectivo.

  2. Crear un círculo de confianza: Forma un grupo pequeño de colegas o compañeros de confianza con quienes puedas compartir abiertamente tus inquietudes y desafíos. Este grupo debe ser un espacio seguro, similar a los grupos de apoyo en AA, donde todos los miembros se comprometan a la confidencialidad y el apoyo mutuo. Establece reuniones regulares para mantener la conexión y el compromiso.

  3. Buscar el acompañamiento de un mentor o guía: Al igual que los padrinos en AA, contar con un mentor experimentado que pueda ofrecerte orientación y apoyo puede ser invaluable. Este mentor no sólo te ofrecerá su perspectiva, sino que también te ayudará a mantener el equilibrio y a tomar decisiones informadas, aportando un sentido de unión y camaradería en el proceso.

  4. Iniciar sesiones de coaching ejecutivo: Finalmente, considera comenzar un proceso de coaching ejecutivo. Un coach experimentado te ofrecerá un acompañamiento personalizado y con metodología probada, ayudándote a enfrentar tus desafíos con claridad, mejorar tus habilidades de liderazgo y fortalecer tu capacidad para guiar a tu equipo de manera efectiva. Este paso no sólo consolidará tu crecimiento personal, sino que también potenciará el impacto positivo que puedes tener en tu organización.


Estos pasos, aunque sencillos, requieren una dosis de valentía y humildad. Pero, una vez que das el primer paso, el camino hacia un liderazgo más auténtico y equilibrado se vuelve mucho más claro.


Fuente: Unsplash (Adrianna Geo)


¿Te has sentido alguna vez solo en tu rol como líder? ¿Cómo manejas la soledad que conlleva tomar decisiones importantes? En RARE, creemos en la importancia de acompañar a los líderes en su viaje, proporcionando las herramientas necesarias pero sobre todo siendo compañeros en el camino.


Si nunca has vivido una sesión de Coaching Ejecutivo, escríbenos para que te regalemos la primera sesión y descubras los beneficios de compartir el camino con un experto en el acompañamiento.

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